La historia del auto europeo mas importante del siglo XX ha sido narrada en cientos de foros y revistas. De hecho, Tribumotor contó la historia de un Mini en una edición pasada. Sin embargo, esta vez te traemos un Austin mini Leyland que debe ser uno de los mejor conservados del continente y con un estado excepcional. Se lo mantiene 100% original, lleva incluso sus llantas originales desde la compra y tiene menos de 50 mil km recorridos. Aquí te contamos su historia que es conmovedora y apasionante.
Esta increíble joya fue adquirida originalmente en Ecuador por dos hermanas solteras, quienes usaban el auto para lo absolutamente necesario. La persona que constaba en la matrícula hoy tiene 93 años, es decir, se deduce que adquirió el auto de la casa comercial cuando tenía 55 años. El mini en las siguientes décadas estuvo guardado en un edificio frente a la Maternidad Isidro Ayora hasta que en 1999 el señor Cárdenas lo adquiere por $4800 dólares, el equivalente en ese entonces a 120 millones de sucres. Muchísimo dinero para la crisis de la época. El auto estaba prácticamente nuevo.
En 2013 lo adquiere su actual propietario Freddy Robalino, un coleccionista de la capital. El nos narra esta increíble historia:
Un día uno de sus mecánicos le comentó de la existencia de este impecable Mini. Freddy contestó: “Sabes que no me interesan mucho los minis, la verdad no me llaman mucho la atención y además todos son autos reconstruidos”. El maestro insistió varias veces en que debía conocerlo, que le iba a encantar, que este auto estaba nuevo, pero Freddy nunca accedió. Después de casi un año Freddy se dirigió donde el maestro para pedirle le recomiende un tapicero para sacar unos forros de un auto. El mecánico le acompaño al lugar y fueron juntos a la tapicería recomendada. Estando ahí, el mecánico nuevamente le dijo: “Ingeniero, vamos a ver el mini que le dije, está aquí a dos cuadras, hasta eso hacemos tiempo mientras nos atiende el tapicero, anímese.” Freddy nos comenta entre risas que nuevamente se negó, pero ante la insistencia del maestro terminó accediendo.
Al llegar Freddy nos cuenta lo vivido: “Cuando llegamos el auto estaba dentro de la casa, para ser preciso por increíble que parezca estaba en la sala. El dueño lo tenía tapado con unas cobijas. Cuando lo destapó me enamoré del auto, me quedé loco. Le había incluso embancado y sacado las ruedas para que la suspensión no se deformara. El carro no lo usaba y tenía poco mas de 20 mil kms de recorrido en el 2013; tenía el historial de todos los cambios de aceite, los plásticos originales en las alfombras, tapicería intacta, todo como nuevo. Yo me impresioné tanto que sin ni siquera probarlo le pedí que me venda.”
Luego de conversar y negociar con el dueño, éste se comprometió a entregar el auto al día siguiente con las llantas originales colocadas. “Al día siguiente, cuando llegué el auto estaba listo con sus llantas originales, le completamos un poco de aceite en el motor y cuando ya me lo iba a llevar, el señor se pone a llorar como niño. MI CARRO… MI CARROOOO!. Mi alma se estrujó, me sentí terrible y me impresioné tanto con la reacción del señor que le dije: sabe que no se preocupe devuélvame el cheque y deshacemos el negocio, no pasa nada”.
El dueño finalmente decidió que el trato estaba hecho y que necesitaba el dinero y pidió con la dignidad del caso que se lleven rápido al Mini ya que no lo quería ver más. “Nunca me había pasado algo así, me fui con el alma golpeada, y entendí lo importante que puede ser un carro para quienes amamos los autos, se convierten en parte de uno, en alguien de la familia”- nos cuenta Freddy emocionado. Desde entonces Freddy se ha encontrado con el dueño anterior varias veces y él se siente feliz de su mini quedó en las mejores manos, pero siempre recuerda con nostalgia ese pequeño auto que fue su tesoro mas preciado. Y es que este mini es definitivamente una joya. Los detalles de su conservación impresionan a cualquiera y hablan por sí solos.
Freddy disfruta mucho del auto y nos comenta que cuando lo saca a corretear en la Autopista lo disfruta como niño. Nos comenta que la comodidad del mini y el performance del auto es inmejorable y que sin querer el mini se ganó su corazón y se convirtió en uno de sus autos mas queridos. Tal es así, que su fibre por mini ha crecido tanto que hoy por hoy está iniciando un proyecto de restauración del que parece ser es el único mini de rally que llegó al país.
El histórico mini, el emocionante mini, el auto adorado por miles de fanáticos al rededor del mundo regresó a Tribumotor con este viaje en el tiempo. Una historia digna de ser contada y mostrada. Ecuador está lleno de apasionados fierreros y joyas escondidas. Nuestra misión es traértelas… Tribumotor contenido 100% producido en Ecuador.