Cuando uno se reune con un grupo de entusiastas de los autos (cualquiera que sea) el aire huele a caramelo y a gasolina por supuesto, sin embargo, poder compartir unas horas con el Quito Muscle Car fue una experiencia muy especial porque desde el primer momento se siente la camaradería, el compañerismo: la alegría es contagiosa. Ellos llegan en sus autos musculosos aparentando ser los duros del camino, (y si que lo son) pero al llegar se abrazan como hermanos.
El grupo Quito Muscle Car nace en 2001 cuando José Antonio Mateus se reúne con su primo inicialmente a dar vueltas en los autos, al poco tiempo se fueron juntando otros aficionados y luego en el festejo de los 100 años de Harley Davidson en Salinas se unió un nuevo grupo. En Quito en esa época había mucho movimiento los jueves en la Tribuna de los Shyris así que se hizo costumbre salir y reunirnos ahí, y claro aparecieron más muscle cars y el grupo creció.
“El pretexto son los autos pero en el fondo lo que nos une es la gran amistad porque tenemos los mismos intereses, aquí no hay envidias, no hay peleas, cuando organizamos paseos siempre disfrutamos en paz, hay mucha camaradería y se pasa genial porque buscamos el bienestar de los demás.” – Nos cuenta Francisco Alvarado.
“En realidad no somos un club, hemos pensado en algún momento legalizarlo como club pero en realidad somos un grupo de panas y así funciona bien. Se creó un grupo muy homogéneo, mas allá del gusto y afición por los autos americanos por eso se logró un vinculo y amistad que supera a los autos. Es así que hemos salido en grupo a conciertos y otros eventos personales que no tienen nada que ver con los carros porque somos grandes amigos. Nos conocemos más de 15 años así que hemos creado una muy buena amistad”. acota José Antonio
Mantener un grupo de fierreros unidos no es fácil. En nuestro medio existen muchos clubs que fracasan por diferencias económicas, culturales, incluso por diferencias en edades, pero en este grupo de amigos uno sabe que no están fingiendo, todos se sienten cómodos siendo auténticos. Cuando le consultamos a José Antonio cuál es la receta nos comenta: “La receta del club o de nuestro grupo es que somos gente sencilla, con amor auténtico por los fierros y que todos nos vemos como iguales, nadie ve por encima del hombro a nadie. La verdad considero que yo tengo amigos del barrio, del colegio, de la universidad, pero la afinidad con el club del muscle car es muy grande aún conociéndolos menos tiempo se han vuelto mis mejores amigos. Algo super positivo es que cuando alguien necesita de uno de nosotros todos estamos ahí para ayudar, alguna vez un amigo tuvo un accidente y nos llamó y fuimos todos a ayudarle enseguida. Esos detalles han hecho que se consolide una amistad muy grande”.
En el club hay gente madura y también jóvenes, Francisco Alvarado nos comenta al respecto: “Yo creo que a pesar de las diferencias de edad lo interesante es que todos tenemos alma de jóvenes y por eso nos llevamos tan bien, lo mas interesante es que el entusiasmo y amor por los autos no dependen de la edad. Siempre la gente nos recibe bien a donde vamos porque tenemos los autos en muy buenas condiciones, todos nos preocupamos por mantenerlos hermosos y mecánicamanente bien”.
“Nos reunimos unas dos veces al mes y salimos a comer conversar y eventualmente hacemos paseos por las cercanías de la ciudad, también hacemos dos veces al año paseos mas largos. Además alquilamos la pista en Yahuarcocha y corremos juntos, ese es nuestro evento principal anual”. -cuenta José Antonio.
No nos queda mas que felicitar y agradecer al Quito Muscle Car por su tiempo, colaboración y apoyo para este reportaje. Si escuchan rugir los motores por la franciscana ciudad o sienten vibrar el asfalto, abran paso que seguro vienen pasando estos fierros increíbles. Tribumotor contenido automotriz 100% producido en Ecuador.