Cuando Fiat se propuso transformar un auto de serie en una máquina de carreras competitiva se lo tomó en serio y le pidió a Abarth haga su magia. La carrocería fue además modificada nada mas y nada menos que por Bertone quien diseñó: faldón, alerones, spoilers trasero y de techo. No está demás recordar que en 1977 la escudería logró el campeonato mundial de Rally ganándole nada menos que al Lancia Stratos. Desde entonces el 131 se convirtió en una leyenda del deporte.
Tribumotor te trae en exclusiva este increíble Fiat 131 Abarth, replica de ese auto excepcional y que fue construido en Ecuador por apasionados y expertos mecánicos, artesanos, dobladores, pintores y técnicos con un talento formidable. El mismo día en que le entregaron el auto terminado a su propietario fuimos directamente a la sesión de fotos con muchísimas expectativas, todos ansiosos por verlo, escucharlo y disfrutarlo.
La historia de esta fabulosa máquina inicia cuando su propietario, Bernardo Sevilla a sus 17 años tuvo la suerte de copilotear con su hermano un Fiat Abarth 131 original en competencias de rally en el país. Después que se vendiera ese auto a Bernardo le quedó esa nostalgia y añoraba con construir este proyecto.
“El Abarth original en el que corríamos lo trajo al país Beltran Leitz. Desde ahí nació esa pasión y amor por ese carro. Un día hace 2 años casualmente en internet encuentro de venta el bodykit en Polonia y me pareció una gran oportunidad así que lo compre sin siquiera tener el auto donde lo iba a colocar. Desde ahí empecé a buscar el auto. Siempre lo quise construir. Al auto base finalmente lo conseguí hace 2 años en Quito, un amigo lo compró y luego me lo vendió a mi. Desde ahí en adelante fue un proceso largo.”
“Tengo un amigo en Italia que me ayudó a conseguir absolutamente todo del auto. una vez conseguimos todas las partes se armó un solo paquete y trajimos todas las piezas. Me ayudó mucho además un gran contacto una página de réplicas del 131 en Finalndia quien me guió con todo el tablero, switches fusibleras, manómetros, etc.” cuenta Bernardo.
El tablero en la cabina es uno de los detalles mas destacados no solo por lo estético sino además por que es 100% funcional. Reles, tacómetro, switches fusibles, son originales. La computadora Helda es una réplica exacta. Bernardo quería la computadora original pero costaba 3000 euros, era demasiado cara pero no se dio por vencido. Con un experto técnico la construyeron en Ecuador. “Él armó hábilmente todo, es una réplica exacta y funcional de la computadora original” nos cuenta Bernardo.
Este impecable auto no tiene piezas usadas todo se trajo nuevo: suspensión, amortiguadores, brazos, terminales, trasmisión, frenos, caja, pistones de alta, árboles de levas mejorados, cigüeñal, válvulas, trasmisión, volante, dirección, tablero, etc. Del Fiat original quedaron latas y el motor base (block y cabezote) . Este motor es originalmente un 2000cc y se le colocó dos carburadores weber de 44, nuevo múltiple, header, caja de cambios Abarth original de 5 marchas, embrague, transmisión, etc. Los vidrios fueron rehechos a la medida en molde y su propietario inclusive se dio el lujo de replicar los sellos de Fíat que venían estampados. Es así como este Fiat 131 racing 1981 se transformó a un precioso Abarth 1976-78. Lo único que no tiene del Abarth original son la suspensión trasera con mesas y el cabezote que es una pieza de museo casi imposible de conseguir.
“Marco Miranda hizo la reconstrucción y salvaje de latas de mi auto. Fiat tiene un problema y es que las latas no son buenas y se pudren. Luego de hacer el sandblasting encontramos muchos podridos así que él le rehizo toda la carrocería que estaba llena de óxidos, cambiamos todos los pisos, fabricó la parte trasera del auto donde acoplan los nuevos faros del Abarth, ensambló el bodykit. Uno pensaría que el bodykit se compra y se coloca fácil pero no, es un trabajo bastante difícil que requiere mucho conocimiento y fue lo mas duro de la construcción. Si uno la levanta en una plataforma y mira por debajo el piso es igual a la pintura por fuera del auto es lacado.” nos cuenta orgulloso Bernardo.
En Tribumotor hemos tenido la oportunidad de admirar muchísimos trabajos de réplicas muy bien logradas en el Ecuador y este auto entra en la categoría de excepcional por la calidad del trabajo. Es inevitable no sacarse el sombrero y felicitar a su dueño.
“Es como ver un hijo nacer es muy complicado es tedioso el proceso y después ver el fruto de tu esfuerzo terminado es muy gratificante ,además cuando la gente aprecia el trabajo realizado. Ayer manejaba el auto en Ambato y sentía una emoción tremenda ver que la gente se acerca lo quiere ver, te felicita. Este es un trabajo en equipo con toda la gente que me ayudo. Si no hubieran personas tan hábiles en el país esto sería imposible. Los artesanos y mecánicos que te ayudan a construir son de una calidad tremenda y trabajaron en el auto al menos unas 30 personas.”
Este es un homenaje a la gente que en nuestro país tiene la visión para soñar y recrear con tanto talento un auto ícono del automovilismo. El país sale ganando con estos retos porque se hace evidente la calidad de nuestra gente, la pasión que le ponemos los fierreros al automovilismo y además nos regalan a todos la posibilidad de tener en nuestro medio un auto histórico rodando por nuestras calles y rutas. Tribumotor contenido 100% producido en Ecuador!
Queremos agradecer a Bernardo Sevilla por darnos a Tribumotor la exclusiva de su auto el mismo día en que se lo entregaron y agradecer también a Bernardo Hidalgo (Complejo de Bodegas Induchaupi) por facilitarnos la hermosa locación.