Entre las marcas que han mantenido siempre los más altos estándares de calidad, durabilidad y elegancia destaca Mercedes Benz. La estrella de tres puntas no requiere presentación.
Tribumotor invitó a Iván Jimenez propietario de este bellísimo y excepcional Mercedes 230 SL 1966, “Pagoda” para contarnos un poco de su historia.
Iván nos cuenta que el auto llegó cero kilómetros al Ecuador en 1966 y fue traído directamente de Alemania por el dueño de una compañía de aviación nacional de la época. Pasó por las manos de un par de personas mas y desde 1988 está con la familia Jiménez. Ellos esperaron mucho tiempo para lograr conseguir un auto tan representativo de la marca. El 230SL anecdóticamente se obtuvo producto de un trueque. “nosotros entregamos un auto nuevo del año y a cambio nos dieron este viejito. El dueño anterior se fue contento y nosotros felices”.- comenta.
“Para Talleres Jimenez y Memorek es un mérito tener éste auto porque Mercedes Benz es la marca con la que trabajamos, la marca que reparamos y restauramos a diario durante tantos años. Tener un Pagoda es tener parte de la historia. Lo más interesante es que cuando el carro ha salido a exhibición, no importa que la gente sea o no aficionada al automovilismo, las personas que lo han visto siempre le han mostrado mucho respeto y admiración.”
No es de sorprender que un Mercedes de estas características se lleve las miradas de todos. Es un auto muy sobrio de líneas muy simples y elegantes en el exterior. Sus interiores son todo lo contrario, uno puede pasar horas contemplando y encontrando la delicadeza y gran cantidad de detalles.
Cuando este modelo llegó a los Estados Unidos fué un éxito de ventas, tanto así, que el 50% de todos los SL de esta carrocería se vendieron en ese país. Inclusive el nombre “Pagoda” nació de entre los norteamericanos al ver la similitud que existe entre las líneas cóncavas del techo y los pilares de los edificios japoneses.
Ese estado impecable de conservación permite evidenciar como Mercedes Benz ya para esa época se había vuelto experto en el uso del diseño, la ergonomía y la combinación artística de los materiales: madera, metal, niquelados, baquelita y cuero.
Los interiores y sobre todo el panel son una obra de arte. Se destacan el aluminio tan característico de los 60s, los maderados de raíz de nogal y el cuero perfectamente combinados. Detalles de diseño exquisitos adicionales como el radio Becker; tacómetro, velocímetro y reloj VDO.
“Además de la belleza del auto, para el año 1966, el Pagoda era totalmente vanguardista. Era un auto que tenía grandes avances de ingeniería como: el sistema inyección por bomba, los discos de freno delantero, dirección hidráulica. Tenía inclusive ya un sistema de seguridad pasiva: es decir, poseía volante y áreas deformables que prevenían daños a los pasajeros en caso de accidente.” – nos comenta Iván.
Este 230 SL tiene además un motor 6 cilindros en línea con 2300 centímetros cúbicos y caja de 4 marchas.
Sin duda un auto de exhibición único que entretiene a todos los sentidos y que merecía ser parte de esta nueva entrega de Tribumotor.